martes, 19 de febrero de 2008

Elecciones y partidos en EEUU – 2008

Marco A. Gandásegui, h.

Hillary Clinton


Barack Obama,
John McCain
y
Mike Huckabee,
Marco A. Gandásegui, h.
ALAI AMLATINA, 18/20/2008, Panamá.-  El mundo observa a Hillary Clinton 

y a Barack Obama, así como a John McCain y Mike Huckabee, buscando

recursos y presentándose ante el público en la campaña presidencial

norteamericana que culminará en noviembre de 2008. Todos fueron

sorprendidos después del martes de Carnaval electoral (Super Tuesday)

celebrado la semana pasada donde la senadora demócrata Clinton no pudo

imponerse a Obama y donde (el colonense) McCain se proclamó candidato

del Partido Republicano.

Cada cuatro años se desata una fiebre electoral en EEUU. En 2008, con

la misma pasión de siempre, la campaña política se organiza en torno a

la elección del nuevo presidente que asumirá el poder en enero de 2009.

Se calcula que las diferentes campañas tendrán un costo que, por primera

vez, suma más de mil millones de dólares. Quien le da seguimiento a la

campaña se percata que el éxito de un candidato depende de la capacidad

que tiene para recaudar fondos.

El que más recauda es el que tiene más probabilidades de ganar. La

mayor parte de los recursos salen de los cofres de las grandes empresas

financieras e industriales que dictan los contenidos de los debates.

Los candidatos, quienes le piden a sus seguidores que hagan

contribuciones individuales, responden a los intereses de los grandes

comités de acción política (PAC).

Los partidos políticos en EEUU – Demócrata y Republicano – se organizan

en torno a una amplia red formada por numerosos “comités” que se dedican

a recoger fondos. Según el sociólogo Maurice Duverger, el sistema de

comités políticos apareció en EEUU a principios del siglo XIX y todavía

tiene plena vigencia. Duverger señala que los “comités electorales” en

EEUU son los partidos políticos.

Los fondos invertidos en la campaña se recuperan gracias al “sistema de

despojos” que le garantiza al partido vencedor todos los puestos

públicos. Duverger compara la experiencia inglesa donde la corrupción

reforzó la estructura de los grupos parlamentarios con lo ocurrido en

EEUU donde consolidó los comités electorales.

Los partidos descansan sobre comités poco extensos, bastante

independientes unos de otros, generalmente descentralizados. No tratan

de multiplicar sus miembros ni de organizar grandes masas populares, más

bien pretenden agrupar personalidades. Su actividad está orientada

totalmente hacia las elecciones. El armazón administrativo del partido

es embrionario, el poder real usualmente está en manos de grupos

formados alrededor de un líder en el Congreso y la vida del partido

reside en la rivalidad de estos pequeños grupos.

Los partidos norteamericanos, para Duverger, son antes que nada

maquinarias electorales, que aseguran la designación de candidatos.

Cada partido reúne gentes de opiniones muy diferentes y de posiciones

sociales muy diversas.

El partido y su maquinaria es una empresa con sus gerentes y

especialistas técnicos. Se trata, en el fondo, de equipos de técnicos

que se especializan en la conquista de sufragios y de puestos

administrativos que provee el spoil system. Los técnicos a menudo se

pasan de un partido a otro. “Los capitanes ponen a menudo su

competencia al servicio del partido rival, como un ingeniero que cambia

de patrono”.

El candidato que tiene más recursos estará en mejores condiciones para

conquistar los comandos, los wards de las ciudades y los comités

oficiosos formados por los bosses y las machines a lo largo del país.

Se trata siempre de pequeños grupos de notables, cuya influencia

personal importa más que su número.

- Marco A. Gandásegui, hijo, es Profesor de la Universidad de Panamá e

investigador asociado del CELA.

Más información: http://alainet.org
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