jueves, 11 de febrero de 2010

EEUU en Colombia: el genocidio y violaciones a menores bajo una perfecta impunidad

Azalea Robles.*
La lucha de clases en Colombia está en el paroxismo más absoluto. Para preservar los privilegios de la oligarquía, y sobre todo el saqueo de los recursos que perpetran las multinacionales, el Estado colombiano ha implementado la guerra total contra la población: usando la estrategia paramilitar y el terrorismo de Estado, para desplazar a millones de personas, y acallar la reivindicación social. La última fase a la que asistimos horrorizados es la implantación de más bases USA en Colombia: siete bases militares estadounidenses, que van a agredir aún más al pueblo colombiano, y a cimentar una posición geoestratégica en la región andino-amazónica.
La guerra en Colombia tiene un origen social y económico. Ante el saqueo y la correlativa represión por parte de las oligarquías, el Estado y las multinacionales, el pueblo colombiano ha resistido durante decenios.
Las guerrillas nacieron por la necesidad del pueblo de salir del empobrecimiento, y ante la imposibilidad de reivindicar por la justicia social sin hacerse asesinar por el Estado o sus fuerzas paramilitares (en los años 1940- 1960, los paramilitares masacraban campesinos para ensanchar los latifundios de la oligarquía, eran llamados los “pájaros”, y ya en aquella época trabajaban con la coordinación del ejército oficial de Colombia, y financiados por multinacionales, oligarcas, y con dinero público).
Durante decenios, el Estado colombiano, en vez de acceder a negociar una reforma agraria, y otros cambios estructurales en la sociedad (el reclamo de la guerrilla es reforma agraria y justicia social) ha preferido profundizar la guerra. Esta opción de profundizar la guerra ha sido una constante actitud de los diversos gobiernos siempre al servicio de los intereses de las multinacionales y la oligarquía, y bajo las directrices de Estados Unidos.
La CIA, con "formadores" estadounidenses y del Mossad, ha implementado en Colombia la estrategia paramilitar a gran escala. La herramienta paramilitar es utilizada por el Estado y el gran capital privado para inyectar terror en la población, y paralizar así la reivindicación social, por ello usan métodos horrendos como el desmembramiento público de sus víctimas, para lograr aterrorizar a los supervivientes[1] y [2].
Ahora el gobierno de Colombia le ha dado la venia a EEUU para instalar siete bases. ¿Y qué más neocolonialismo que un gobierno que ha firmado un tratado según el cual los nacionales de EEUU no podrán ser perseguidos ante el TPI (Tribunal penal internacional), por sus crímenes cometidos o a cometer en Colombia?
El terrorismo de Estado en este país ha desplazado a más de cuatro millones de personas mediante los militares y la estrategia paramilitar. El terrorismo de Estado en Colombia ha asesinado a todo un partido político: la Unión patriótica: más de 5.000 militantes asesinados por el brazo paramilitar del Estado, o por sus cuerpos oficialmente asumidos. El terrorismo de Estado ha encarcelado a más de 7.500 personas, criminalizando la reivindicación social. El terrorismo de Estado ha desaparecido a más de 50.000 personas. S
e acaba de descubrir en Colombia la mayor fosa común de la historia reciente del continente, una fosa en la que el ejército colombiano ha estado enterrando personas desde el 2005 hasta hoy: ya se han contado 2.000 cadáveres[3]. Y es ese Estado terrorista, quién llama a los "marines" para ayudarlo a luchar contra el “terrorismo”… es el mundo al revés. Neocolonialismo y Expolio.(4)

El video Corriendo Bases relata la historia de una niña violada por "marines", que se la llevaron al cuartel de la fuerza aérea de Melgar, en una camioneta con placas de la embajada de Estados Unidos: allí la violaron, filmaron un video, y la tiraron “como un perro”, testimonia su madre. La firma de inmunidad para los estadounidenses, por parte del Estado colombiano, es impunidad para los violadores…
Uno de los violadores gringos le dijo a la madre de la niña violada: “Sí la violé. ¿Y? ¡Demándeme!… a nosotros no nos pueden hacer nada”… Son decenas los de casos (conocidos) de niñas colombianas violadas por marines USA…en la impunidad.

Descubren en Colombia la mayor fosa común en la historia reciente de América Latina


COLOMBIA HOY 2010
Febrero 6 de 2010

Bogotá. ABN.- Un nuevo escandalo debe enfrentar el gobierno colombiano de Álvaro Uribe, luego del macabro descubrimiento la mayor fosa común de la historia reciente de América Latina, con una cifra de cadáveres que podría llegar a los dos mil, según reseña el portal del diario Público de España.
En el pueblo de La Macarena región del Meta, a 200 kilómetros al sur de Bogotá, específicamente detrás de cementerio, está ubicada la fosa común, la nota del diario recuerda que ésta es una de las zonas más calientes del conflicto colombiano. De acuerdo a fuentes citadas por la versión electrónica del diario, los cientos de cadáveres habrían sido depositados desde 2005 por las fuerzas élites del Ejercito colombiano, con la orden que fueran inhumados sin nombre. Este macabro descubrimiento es hasta el momento el mayor enterramiento de víctimas de un conflicto del que se tenga noticia en el continente, dejando atrás las muertes de las férreas dictaduras de Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay, entre otras.
Habría que trasladarse al Holocausto nazi o a la barbarie de Pol Pot en Camboya, para encontrar algo de esta dimensión, reseña la nota del diario. Según declaró el jurista Jairo Ramírez, secretario del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos en Colombia, quien se trasladó hasta la gran fosa común aseguró que, 'lo que vimos fue escalofriante, infinidad de cuerpos y en la superficie cientos de placas de madera de color blanco con la inscripción NN y con fechas desde 2005 hasta hoy'.
El jurista estuvo acompañado por una delegación de parlamentarios ingleses, añadió que, 'el comandante del Ejército nos dijo que eran guerrilleros dados de baja en combate, pero la gente de la región nos habla de multitud de líderes sociales, campesinos y defensores comunitarios que desaparecieron sin dejar rastro'.
Por su parte el gobierno de Uribe, a través de su Fiscalía, anunció que las investigaciones se iniciaran “a partir de marzo”, pues para el gobierno neogranadino se ponderan las elecciones legislativas y presidenciales sobre las acciones consecuentes que señalarían a los responsables de la mayor masacre nunca antes registrada en la historia de Latinoamérica.
Motivado a la magnitud del terrorífico hallazgo y con miras a redactar un informe para el Congreso español y la Eurocámara, una delegación parlamentaria española integrada por Jordi Pedret (PSOE), Inés Sabanés (IU), Francesc Canet (ERC), Joan-Josep Nuet (IC-EU), Carles Campuzano (CiU), Mikel Basabe (Aralar) y Marian Suárez (Eivissa pel Canví) llegó ayer a Colombia. Hasta finales del pasado año, los forenses habían censado unos 2.500 cadáveres, de los que habían logrado identificar a cerca de 600 y entregar los cuerpos a sus familiares.
Gracias a las declaraciones de mandos medios presuntamente desmovilizados del paramilitarismo y acogidos a la controvertida Ley de Justicia y Paz que les garantiza una pena simbólica a cambio de la confesión de sus crímenes, se supo la locación de estos cementerios clandestinos.
John Jairo Rentería, alias Betún, ex jefe paramilitar declaró ante el fiscal y los familiares de las víctimas que 'al menos a 800 personas' que él recuerde fueron enterrados en la finca Villa Sandra, en Puerto Asís, región del Putumayo. 'Había que desmembrar a la gente. Todos en las Autodefensas tenían que aprender eso y muchas veces se hizo con gente viva'.
Para Alfredo Molando, influyente sociólogo y escritor colombiano, quien por su carrera de investigación y verbo oportuno se encuentra en el exilio para escapar de las amenazas de los grupos paramilitares, ha asegurado que 'el Gobierno no quiere investigar'. Asegura el sociólogo que “la propia Fiscalía General de la Nación habla de 25.000 “desaparecidos”, que en algún sitio tienen que estar. Hay cementerios clandestinos enormes en Colombia. Hay gente borrada. También es posible que hayan hecho desaparecer muchos restos como en los hornos crematorios del nazismo”.
Al ser interrogado sobre la relación entre las fosas comunes y los falsos positivos, Molano respondió, “sí, todo esto puede estar relacionado con los “falsos positivos” (colombianos civiles asesinados a los que se presentaba como “muertos en combate”). El ejército los enterraba clandestinamente. Buena parte de ellos van a encontrarse en estas fosas comunes”.
Molano sentencia que “ni en los años cincuenta hubo en Colombia tanta brutalidad como la que muestran estas acciones de los paramilitares, pero el Gobierno no tiene voluntad de investigar a fondo, y sólo dejará que aparezcan algunas tumbas. Además, los plazos son larguísimos y las dificultades técnicas para las identificaciones, pruebas químicas y ADN son enormes”
Enviado por Rafael José Monzón Marquina (rafaelmonzon1@hotmail.com)
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