Encuentro en Miraflores
Agradecieron al mandatario venezolano su disposición de ayuda, y pidieron no desfallecer ante los inconvenientes que en el proceso pudieran presentarse. La reunión, plena de emotividad, sirvió para que los 14 asistentes al encuentro dieran testimonios del sufrimiento y el dolor que han vivido. Confían en que las gestiones del presidente Chávez y la senadora colombiana Piedad Córdoba, acerquen posturas entre las FARC y el Gobierno colombiano
Caracas, 20.08.07.- ”Una luz de esperanza”, así definen los familiares de las personas secuestradas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) las gestiones que desde este lunes iniciarán activamente el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela y la senadora neogranadina Piedad Córdoba, designada como facilitadora de intercambio humanitario, con miras a lograr la liberación de las mujeres y hombres en situación de cautiverio. Sus impresiones fueron conocidas durante el encuentro que en la noche de este lunes sostuvieron con el jefe del Estado venezolano, quien recibió en el Salón Boyacá del Palacio de Miraflores, sede del Ejecutivo venezolano, a 14 familiares de las víctimas del secuestro, que están agrupados en la Asociación de Familiares por la Paz. El encuentro, lleno de emotividad, fue oportuno para que los familiares leyeran una carta donde expresaron su gratitud por la ayuda prestada, y aprovecharon para “solicitar no desfallecer en este compromiso que usted ha adquirido en beneficio de nuestros seres queridos. En el caso de los policías y oficiales del Ejército, llevan ocho y diez años en cautiverio, porque defendían una Patria y creían en sus instituciones, esa misma Patria que hoy los quiere dejar en el olvido y a su suerte. Las madres, padres, hijos, esposas, esposos, hermanas y hermanos y cada una de nuestras familias, tenemos toda la confianza depositada en las gestiones que usted y la senadora Piedad Córdoba han emprendido para que por fin se materialice el acuerdo humanitario que nos permita volver a abrazar a nuestros familiares vivos y libres”. Con ese sentimiento extraño entre la rabia, el temor y la esperanza, aseguran no querer ver muertos y envueltos en el tricolor patrio a sus familiares. La fe la tienen puesta en lograr que el trabajo de la senadora Piedad Córdoba y las buenas gestiones que adelante el presidente Chávez sirvan para propiciar el acercamiento necesario entre el Gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez y las autoridades de las FARC, como única salida para alcanzar la libertad. Algunas de las peticiones puntuales hechas al mandatario venezolano estuvieron orientadas a solicitar la entrega inmediata del cadáver del mayor de la Policía Nacional de Colombia, Julián Guevara Castro, quien tras siete años y tres meses de cautiverio, murió el 28 de enero de 2006 y, tras su fallecimiento, en la página web de las FARC los irregulares aseguraron que entregarían el cuerpo a través de la Cruz Roja Internacional, acción que aún no han cumplido. Así como tampoco han entregado los cadáveres de los 11 diputados asesinados, del sargento Jesús Sol Rivera y del sargento (r) del Ejército, James Cardona Marín. En esta oportunidad los familiares le plantearon al presidente Chávez la necesidad de que las FARC flexibilicen posturas y tengan gestos humanitarios, como la entrega de pruebas de supervivencia o la liberación de secuestrados que estén en delicado estado de salud. “Para nuestras familias es de vital importancia que el señor Álvaro Uribe Vélez haya abierto este espacio a través de usted (presidente Chávez) y Piedad Córdoba para buscar acercamiento entre las FARC y el Gobierno. No creemos difícil que las FARC escuchen las solicitudes y valoren políticamente las propuestas que les sean dadas, y esperamos que ustedes no desfallezcan ante las dificultades que se puedan presentar para el logro de tan importantes diálogos”. Estas familias llevan años de angustia, dolor y sufrimiento. Algunos llevan hasta diez años en la incertidumbre y la zozobra. Por eso Silvio Hernández, padre del teniente Elkin Hernández, no dejó, con la voz temblorosa, de agradecer el gesto del presidente Chávez de ser mediador en el caso, y entiende que más allá del mandatario venezolano es una disposición del pueblo venezolano. “Tengo una alegría y una satisfacción porque siento que por aquí es donde está la libertad de nuestros hijos y familiares secuestrados. Le agradezco este gran gesto”. Claudia Rugeles, esposa de Alan Lara, ex gobernador del Meta y ex representante de la Cámara, destacó su gratitud por permitir que se abriera esta puerta de esperanza, y aun cuando anhela el pronto regreso de su marido, es consciente de que para eso se deben coordinar ciertos pasos y cumplir ciertas etapas. Entretanto, Clara González, madre de la abogada Clara Rojas, asistente de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, en cautiverio desde hace cuatro años, confesó estar “conmovida por estar aquí en esta sala con un nombre que rememora batallas pasadas (Salón Boyacá) y sin duda espero que esto sirva para lograr la reconciliación y la paz”. (Prensa Presidencial)
Agradecieron al mandatario venezolano su disposición de ayuda, y pidieron no desfallecer ante los inconvenientes que en el proceso pudieran presentarse. La reunión, plena de emotividad, sirvió para que los 14 asistentes al encuentro dieran testimonios del sufrimiento y el dolor que han vivido. Confían en que las gestiones del presidente Chávez y la senadora colombiana Piedad Córdoba, acerquen posturas entre las FARC y el Gobierno colombiano
Caracas, 20.08.07.- ”Una luz de esperanza”, así definen los familiares de las personas secuestradas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) las gestiones que desde este lunes iniciarán activamente el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela y la senadora neogranadina Piedad Córdoba, designada como facilitadora de intercambio humanitario, con miras a lograr la liberación de las mujeres y hombres en situación de cautiverio. Sus impresiones fueron conocidas durante el encuentro que en la noche de este lunes sostuvieron con el jefe del Estado venezolano, quien recibió en el Salón Boyacá del Palacio de Miraflores, sede del Ejecutivo venezolano, a 14 familiares de las víctimas del secuestro, que están agrupados en la Asociación de Familiares por la Paz. El encuentro, lleno de emotividad, fue oportuno para que los familiares leyeran una carta donde expresaron su gratitud por la ayuda prestada, y aprovecharon para “solicitar no desfallecer en este compromiso que usted ha adquirido en beneficio de nuestros seres queridos. En el caso de los policías y oficiales del Ejército, llevan ocho y diez años en cautiverio, porque defendían una Patria y creían en sus instituciones, esa misma Patria que hoy los quiere dejar en el olvido y a su suerte. Las madres, padres, hijos, esposas, esposos, hermanas y hermanos y cada una de nuestras familias, tenemos toda la confianza depositada en las gestiones que usted y la senadora Piedad Córdoba han emprendido para que por fin se materialice el acuerdo humanitario que nos permita volver a abrazar a nuestros familiares vivos y libres”. Con ese sentimiento extraño entre la rabia, el temor y la esperanza, aseguran no querer ver muertos y envueltos en el tricolor patrio a sus familiares. La fe la tienen puesta en lograr que el trabajo de la senadora Piedad Córdoba y las buenas gestiones que adelante el presidente Chávez sirvan para propiciar el acercamiento necesario entre el Gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez y las autoridades de las FARC, como única salida para alcanzar la libertad. Algunas de las peticiones puntuales hechas al mandatario venezolano estuvieron orientadas a solicitar la entrega inmediata del cadáver del mayor de la Policía Nacional de Colombia, Julián Guevara Castro, quien tras siete años y tres meses de cautiverio, murió el 28 de enero de 2006 y, tras su fallecimiento, en la página web de las FARC los irregulares aseguraron que entregarían el cuerpo a través de la Cruz Roja Internacional, acción que aún no han cumplido. Así como tampoco han entregado los cadáveres de los 11 diputados asesinados, del sargento Jesús Sol Rivera y del sargento (r) del Ejército, James Cardona Marín. En esta oportunidad los familiares le plantearon al presidente Chávez la necesidad de que las FARC flexibilicen posturas y tengan gestos humanitarios, como la entrega de pruebas de supervivencia o la liberación de secuestrados que estén en delicado estado de salud. “Para nuestras familias es de vital importancia que el señor Álvaro Uribe Vélez haya abierto este espacio a través de usted (presidente Chávez) y Piedad Córdoba para buscar acercamiento entre las FARC y el Gobierno. No creemos difícil que las FARC escuchen las solicitudes y valoren políticamente las propuestas que les sean dadas, y esperamos que ustedes no desfallezcan ante las dificultades que se puedan presentar para el logro de tan importantes diálogos”. Estas familias llevan años de angustia, dolor y sufrimiento. Algunos llevan hasta diez años en la incertidumbre y la zozobra. Por eso Silvio Hernández, padre del teniente Elkin Hernández, no dejó, con la voz temblorosa, de agradecer el gesto del presidente Chávez de ser mediador en el caso, y entiende que más allá del mandatario venezolano es una disposición del pueblo venezolano. “Tengo una alegría y una satisfacción porque siento que por aquí es donde está la libertad de nuestros hijos y familiares secuestrados. Le agradezco este gran gesto”. Claudia Rugeles, esposa de Alan Lara, ex gobernador del Meta y ex representante de la Cámara, destacó su gratitud por permitir que se abriera esta puerta de esperanza, y aun cuando anhela el pronto regreso de su marido, es consciente de que para eso se deben coordinar ciertos pasos y cumplir ciertas etapas. Entretanto, Clara González, madre de la abogada Clara Rojas, asistente de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, en cautiverio desde hace cuatro años, confesó estar “conmovida por estar aquí en esta sala con un nombre que rememora batallas pasadas (Salón Boyacá) y sin duda espero que esto sirva para lograr la reconciliación y la paz”. (Prensa Presidencial)
Volver
No hay comentarios:
Publicar un comentario