viernes, 27 de junio de 2008

1. Carta de Stella Calloni a Fidel. 2. Pensar en el Che. 3. Che: Productor de hombres


"Del Che nunca se podrá hablar en pasado"

Fidel Castro Ruz

Carta de Stella Calloni a Fidel

En la misiva, la periodista argentina relata su conmovedor diálogo con un anciano de 93 años, que viajó desde el norte de ese país hasta Buenos Aires para ver pasar la estatua del Guerrillero Heroico que se develará en Rosario, su ciudad natal

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http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2008-06-14/carta-de-stella-calloni-a-fidel/

14 de junio de 2008 00:10:17 GMT


Buenos Aires, 11 de junio de 2008

Querido Comandante Fidel Castro:

Hace días la directora del periódico La Jornada me envió una copia magnífica de esa fotografía suya donde está con las palomas en sus hombros y cabeza. Es una foto extraordinaria y genial. Y recordé también que estando en Cuba y asistiendo a un acto donde Usted habló, su discurso estuvo acompañado por un coro de pajaritos parados en uno de esos cables de la luz o alta tensión —no soy experta en tendidos de cables— y nunca pude preguntarle si los escuchó. Incluso en algunas grabaciones de ese discurso quedó muy bien registrado el formidable acompañamiento de trinos, realmente muy especiales. Y mágicos.

Tenía muchos deseos de escribirle desde estos territorios del sur, todos algo conmocionados —algunos más que otros— y especialmente después de haber visto andar por la calle Corrientes, popular y mítica también, la estatua de bronce del Che, cuyo paso hizo emocionar a muchos, como que había algo más que una reivindicación. Me dije: ahora le escribo.

No hay nada como escuchar el lenguaje de las calles y en una esquina había un hombre que se parecía a un duende y se secaba las lágrimas con un pañuelo muy viejo y gastado, hasta roto. Pequeñito era él. Le pregunté por qué lo emocionaba tanto. Me dijo «Tengo 93 años y no puedo andar mucho, pero supe que iba a pasar Ernesto por aquí y quise saludarlo aunque sé que es un símbolo esto de la estatua, pero siempre algo anda allí».

Le pregunté de dónde venía y algo de su vida, que por su aspecto debió ser muy dura. «Vengo del norte, de por allá de Tucumán y Santiago del Estero. Muy dura pero peleada mi vida. Desde niño estoy peleando por lo que creo que es justo. Un hombre solo necesita ser justo para estar en todas las peleas por la justicia».

Había trabajado en los oficios más duros, en el campo cuando niño, en las zafras, en naranjales, en frigoríficos luego, y participado en varias resistencias contra los diversos golpes que asolaron al país. Me lo dijo rápido, escueto como quien resume una vida en dos o tres frases.

Se quedó mirando la figura de la estatua del Che hasta que se perdió a lo lejos, sin poder hablar.

Antes de irse me tendió la mano temblorosa y gastada por esa vida y esos trabajos y me dijo «ahora me queda pedir a San Ernesto de la Higuera y al Che de América, que haga posible el milagro de unir a nuestras izquierdas y a nuestra mejor gente, que parece estar solo preparada para desunir. Vienen tiempos duros y a los que andan agitando banderas con el Che, digo que eso no hace a un peleador, a un revolucionario y menos en estos tiempos. El Che necesita menos gritos, menos camisetas y más sabiduría para los nuevos tiempos de lucha. Estamos en tiempos en que debemos saber quién es el enemigo. Si nos confundimos estamos perdidos. Ahora el “mandinga” anda escondido entre muchas palabras floridas y algunos compañeritos se nos han vuelto ciegos y caen solitos en las trampas. Lean a fondo al Che, lean a fondo a Fidel, lean la historia, sean humanos y dignos como ellos, les dice un viejo como yo, que tengo que dar batalla cada día para comprar remedios baratos que debo tomar. Para comer nomás, doy una gran pelea».

Lo miré emocionada y le dije que él hablaba muy bien. «Pobrecito como siempre fui, también siempre leí. Todo lo que vino a mis manos. Eso me lo enseñó un compañero minero que andaba muy enfermo por aquellos pagos. Me dijo: eso será tu defensa y la de otros. Y él mismo me enseñó. Era un gran luchador. Y mire, sigo leyendo». De un bolsillo de su saco gastado sacó varias hojas arrugadas y me mostró las copias de varias de sus Reflexiones, que un joven vecino le alcanza siempre que puede.

Le pregunté el nombre y movió la cabeza «me llamo como se llaman todos los que viven como yo».

Le cuento esta pequeña historia porque me pregunté si siempre aprendemos con humildad de los que debemos aprender.

Esta historia es suya y lo abraza fuerte, con inmenso cariño y respeto

Stella Calloni
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2.10.07

Pensar en el Che

Dimas Raúl Cazal
http://clubdimas.blogspot.com/

Hace más o menos un mes, un amigo argentino (nadie es perfecto), me propuso ir a Bolivia y que, desde allá, desde La Higuera, tomáramos fotos y escribiéramos sobre ese país, 40 años después de la muerte del Che Guevara.

Por esas extrañas cosas de la vida, el proyecto inicial se volvió ambicioso y terminaron involucradas otras personas y equipos de video. La ambición, como siempre, no tiene medida. Y como era de esperarse, no se dio ni lo uno, ni lo otro.

La idea no era mala, pero como siempre, al final, el día a día se impuso. Ahora estamos cerca de la conmemoración del Día del Guerrillero Heroico y cada quien en sus respectivas ciudades, en sus respectivos trabajos y, por supuesto, en sus cómodos hogares.

El jueves hablaba con otro amigo, esta vez venezolano, merideño, para mas señas (poeta, incluso), o más bien, él disertaba por correo con otras personas sobre la palabra guerrillero y guerrilla y recordaba en unas líneas finales que se nos venía encima la fecha del 8 de octubre y que había que escribir unos trabajos al respecto. Sucedieron más cosas que voy a omitir, porque el cuento se puede extender y realmente, no quiero hablar sobre esto, sino sobre otra cosa. Es decir, sobre el Che.

No lo conocí personalmente, pero viví con él gracias a mi viejo. Desde niño me dijo que teníamos que seguir su ejemplo, que teníamos que “ser como el Che”.

Esa frase decía muchas cosas cuando uno tiene seis o siete años: solidaridad, honestidad, dignidad. Ser el mejor sin competir. Trabajar sin descanso. Ayudar al necesitado. Luchar contra la injusticia. Ser amigo sin esperar favores.

Esa frase tiene el mismo significado casi 40 años después de haberla escuchado de la boca de mi viejo. Y en eso ando, tratando de ser un tilín mejor, como dice Silvio en una canción, porque es muy difícil ser como el Che.

Así aprendí que no importaba la muerte si es por una lucha justa. Pero nunca me conseguí con guerra alguna, mucho menos con los silbidos de las balas o de los obuses. Quizá luché con mis microbios y seguro perdí la batalla.

La palabra “revolucionario” nunca la utilicé ni para mencionar a mi padre, que bien se lo merecía. Pero él mismo decía: “revolucionario es quien hace la revolución”.

A mi corta edad era muy duro comprender que mi viejo no era de la talla del Che. Es muy difícil ser como él, ser un revolucionario.

Él siempre recuerda que al conocer la noticia de la muerte del Che, de la consternación, casi choca mientras conducía su moto. Por un momento llegó a pensar que eso era una mentira más del imperio. Sólo dio crédito a tan honda herida cuando lo escuchó por Radio Habana Cuba.

En 1967 vivíamos en Asunción, Paraguay. Varios compañeros de él habían caído antes y fueron asesinados. Recuerdo el nombre de dos porque mi hermano tiene el nombre de ellos: Derlis Villagra y Arturo López “Agapito Valiente”.

Mi abuelo Nenito tenía tres años presos cuando el Che fue asesinado y estuvo en las mazmorras stronistas durante 14 años. Nunca delató a sus compañeros. Mi primer nombre es por él: Dimas Acosta, se llamaba, y era de estatura baja, pero de un gran coraje. No se qué tiene que ver una cosa con la otra, pero no importa. Los otros dos nombres que poseo: Raúl Nicolás, y que le siguen a Dimas, son una especie de camuflaje. Como mi viejo no podía ponerme Fidel, me puso el nombre de su hermano revolucionario: Raúl. Y Nicolás, porque era el nombre de Lenin.

Mi padre, muchos años después, en 1975, exiliado en Montevideo, Uruguay, fue detenido y torturado. Nunca delató a nadie. Venció a sus torturadores y a la muerte. Se fugó del Hospital Militar cuando se lo propuso y se asiló en la embajada de Venezuela.

Podría enumerar a muchos compañeros y compañeras de mi padre que murieron en la lucha por la liberación de nuestros pueblos. Compañeros y compañeras que son míos aunque yo no los conociera personalmente. Como al Che, que es un compañero en esta vida, por siempre.
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Che: Productor de hombres

Caracas, 13 Jun. ABN (Pablo Siris Seade).- Ernesto Guevara De la Serna, Che, cumpliría 80 años este 14 de junio. Nada más lejano a la legendaria imagen que tenemos del guerrillero heroico que la materia económica y productiva, más allá de verlo manejando un tractor o cortando caña machete en mano.

Sin embargo, existe una serie de trabajos que el Che escribió en Cuba sobre la materia económica, que debatió intensamente en el Consejo de Ministros, a través de artículos en revistas, e incluso directamente con los trabajadores.

Incluso preparó los Apuntes críticos a la Economía Política, que fueron concebidos como plan de estudios destinados a la formación de los cuadros políticos concentrados en los temas económicos, los cuales fueron publicados en el año 2006.

El Che fue un convencido marxista-leninista, que veía al socialismo como una etapa de efectivo tránsito entre el capitalismo y el comunismo, y creía que dicho tránsito debía ser encabezado por el cambio ideológico y moral, aunado con el cambio en la forma de producción y la propiedad social de los medios productivos.

Nueva dirección económica

Lector y estudioso incansable, opinante certero y apasionado, se ocupó de la creación de un nuevo sistema y estilo de dirección de la economía, que pusiera al esquema económico de acuerdo a las necesidades sociales, privilegiando el modo de producción y las relaciones derivadas de éste, antes que la cantidad y calidad de los objetos producidos.

"El socialismo económico sin la moral comunista no me interesa. Luchamos contra la miseria, pero al mismo tiempo luchamos contra la alienación. Uno de los objetivos fundamentales del marxismo es hacer desaparecer el interés, el factor "interés individual" y provecho, de las motivaciones sicológicas.
Marx se preocupaba tanto de los hechos económicos como de su traducción en la mente. Él llamaba eso un "hecho de conciencia". Si el comunismo descuida los hechos de conciencia puede ser un método de repartición, pero deja de ser una moral revolucionaria.", afirmó.

En este período, en el que fue Jefe del Departamento de Industrias del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), luego presidente del Banco Nacional de Cuba, y luego ministro de Industrias de ese país, elaboró el Sistema Presupuestario de Financiamiento.

Este sistema preveía la fusión de las micro y pequeñas empresas (en general unipersonales o familiares) de determinada rama de la agroindustria de regiones geográficas determinadas, de forma tal de poder utilizar los beneficios de la técnica y poder aumentar la productividad bajando los costos. Los fondos de estas nuevas empresas eran administrados directamente
por el Departamento de Industrias del INRA.

El Che consideraba la planificación como condición imprescindible del tránsito de la economía capitalista a la socialista; según sostenía, la función de la planificación es romper los falsos equilibrios de las sociedades capitalistas impulsando la construcción consciente de la nueva sociedad comunista. Esto se expresaba, por ejemplo, en el financiamiento de áreas no rentables, que -sin embargo- permitieron construir relaciones de producción nuevas.

Asimismo, el Che le asignó al dinero en esta etapa de tránsito una naturaleza distinta a la del régimen capitalista, asumiendo que en éste el dinero es un producto de las relaciones de producción. En ese sentido, entendía que el dinero es una categoría social, condicionada históricamente por las relaciones mercantiles de producción. En tanto éstas aún están presentes en el período de transición, el dinero estará presente en dicho período. Sin embargo, en tanto se profundice el combate contra estas relaciones hasta su desaparición, el dinero también deberá desaparecer.

Bancos y salarios

El Che afirmaba que en la medida en que el dinero desaparece, el mismo sistema bancario debe desaparecer y su período de supervivencia estará determinado por la velocidad en la construcción de la sociedad comunista.
Sin embargo, durante la etapa de supervivencia, el sistema bancario debe dejar de tener un papel hegemónico en la economía, no puede poseer capital propio (su capital es del Estado), y su papel está reservado al que le asigne el Estado, quien debe aprovechar su experiencia en los manejos contables y presupuestarios, considerando al Estado como propietario de la
economía y al banco como instrumento en la construcción de la nueva sociedad.

En relación con el salario, el Che lo consideraba -al igual que a la ley del valor y al dinero- una expresión de las antiguas relaciones mercantiles, y rémoras del capitalismo en la nueva sociedad: "El salario es un viejo mal, un mal que nace con el establecimiento del capitalismo, cuando la burguesía toma el poder destrozando el feudalismo, y no muere siquiera en la etapa
socialista. Se acaba, como último resto, se agota, digamos, cuando el dinero cesa de circular, cuando se llegue a la etapa ideal, el comunismo."

Para el período de transición, el Che propuso la confección de una única escala salarial de acuerdo a la cantidad y calidad del trabajo, para lo que establecía un coeficiente que permitía identificar qué tan complejo era el trabajo de un grupo de trabajadores. Proponía también la permanente elevación técnico cultural de los trabajadores, y el salario incorporaba
diversos estímulos para ésta. Así como se estimuló el incremento de la producción a través del pago de primas por el sobrecumplimiento de las metas.

Apoyo a países dependientes


Uno de los puntos que el Che criticó fuertemente fue el de las relaciones de intercambios internacionales, y lo hacía de forma particularmente severa con los países socialistas desarrollados -particularmente la Unión Soviética-, de quienes sentía que Cuba y otros países en pugna por construir una nueva sociedad, no recibían el suficiente apoyo.

Decía el Che en discurso presentado al Movimiento de Países No Alineados en Argel: "...debe afrontarse la responsabilidad de ayuda a los países dependientes y (...) no debe hablarse más de desarrollar un comercio de beneficio mutuo basado en los precios que la ley del valor y las relaciones internacionales del intercambio desigual, producto de la ley del valor, oponen a los países atrasados. Si establecemos ese tipo de relación entre los dos grupos de naciones, debemos convenir en que los países socialistas son, en cierta manera, cómplices de la explotación imperial. (...) No hay frontera en esta lucha a muerte, no podemos permanecer indiferentes frente a lo que ocurre en cualquier parte del mundo; una victoria de cualquier país sobre el imperialismo es una victoria nuestra, así como la derrota de una nación cualquiera es una derrota para todos. El ejercicio del internacionalismo proletario es no sólo un deber de los pueblos que luchan por asegurar un futuro mejor; además, es una necesidad insoslayable."

Trabajo voluntario

Otro de los temas -quizás el fundamental para el Che- era el trabajo voluntario como principal escuela en la formación del hombre nuevo, considerándolo además de un motor insustituible en el sistema de dirección económica por él ideado, un factor ideológico y moral constructor de la sociedad comunista.

El objeto del trabajo voluntario no era para el Che solamente romper los récords de productividad, sino que era una "escuela creadora de conciencia".


El trabajo -visto de esta forma- libera, no aliena, produce felicidad, y es el más alto aporte que un trabajador le puede brindar a la sociedad, en la lucha por trascender el régimen de explotación, "...porque el socialismo,... no se ha hecho simplemente para tener nuestras fábricas brillantes, se está haciendo para el hombre integral, el hombre debe transformarse conjuntamente con la producción que avance, y no haríamos una tarea adecuada si solamente fuéramos productores de artículos, de materias primas, y no fuéramos a la vez productores de hombres."

Cortesia Minci.
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Pablo Siris Seade
<
pablo.siris@gmail.com>
http://www.abn.info.ve/reportaje_detalle.php?articulo=796
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"Por la alegría he vivido,
por la alegría he ido al combate
y por la alegría muero,
que la tristeza nunca sea unida a mi nombre".
Julius Fucick
Líder del Partido Comunista Checo, asesinado por los nazis.
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